
«No sabía cómo competir con todo eso. Ni siquiera estaba segura de si debía intentarlo.
Se sentía una intrusa. Una pieza de otro rompecabezas. Un alma que se había acostumbrado tanto a la soledad que ahora tropezaba al intentar tocar el calor de otros.
Aun así…, ahí estaba. Sintiéndose atraída como una gota de lluvia a la marea. Por Emir. Por ese lugar que vibraba con algo más grande que ella.»